Por John Alberto Maya Salazar, gerente general de EPM
Cuando me preguntan qué significa EPM para Antioquia y para quienes la habitamos, siempre viene a mi mente una historia que me marcó para siempre. En aquellos años trabajaba en electrificación rural, y una de las zonas que atendíamos era la vereda Las Ánimas, a unos 30 minutos de Donmatías. Cada vez que terminábamos una obra y las luces se encendían por primera vez, la comunidad entera lo celebraba como una fiesta.
En una de esas celebraciones, un niño se me acercó y me dijo: “Señor, ¿puede venir a mi casa? Mi mamá quiere hablar con usted”. Me pareció curioso, pero lo seguí. Al llegar, la madre me recibió con una mezcla de emoción y nerviosismo. “Ingeniero, ¿me puede explicar cómo se prende el bombillo?”, me dijo. Esa pregunta, tan sencilla y poderosa, me conmovió profundamente. Por supuesto le expliqué con calma, pero lo verdaderamente inolvidable fue su rostro iluminado –esta vez no solo por la electricidad, sino por la alegría y la dignidad que trae el acceso a un servicio básico. Ese momento, más que cualquier cifra, resume lo que EPM significa: transformar vidas con cada luz que se enciende.
Con esto quiero destacar que en EPM no solo prestamos servicios públicos con calidad y eficiencia, sino que llevamos mucho más que agua, energía o gas: llevamos bienestar y dignidad a los hogares donde llegamos. Estos servicios transforman realidades, mejoran vidas y abren oportunidades.
Por eso, hace más de 30 años decidí hacer mis prácticas profesionales aquí y quedarme construyendo mi carrera en esta empresa que ha sido generosa conmigo y con mi familia. EPM tiene la capacidad de cambiar vidas, no solo por lo que entrega a diario, sino por las transferencias que realiza al Distrito, con las que se financian obras y proyectos que benefician a toda la ciudad. Es una empresa que impulsa el desarrollo con sentido social.
Me llena de orgullo haber comenzado como practicante en EPM y haber tenido la oportunidad de recorrer distintas áreas de la empresa. Uno de los momentos más significativos de mi trayectoria fue hacer parte del equipo que impulsó el proyecto de gas natural residencial. En ese entonces, era un reto enorme, lleno de incertidumbres y desafíos técnicos. Sin embargo, con compromiso y visión, logramos posicionarlo hasta convertirlo en un servicio esencial para miles de hogares. Hoy, son muy pocas las familias que no cuentan con gas natural, un recurso que es seguro, eficiente y representa un alivio económico para quienes más lo necesitan. Ser parte de esa transformación es algo que llevo con orgullo y gratitud.
EPM ha sido, sin duda, la empresa de los grandes desafíos. Ninguna otra en el país ha asumido con tanta determinación la construcción de los más ambiciosos proyectos hidroeléctricos. Entre ellos, la central Hidroituango representa uno de los mayores retos en su historia, especialmente por la contingencia vivida en 2018. Sin embargo, gracias al talento y la capacidad técnica de sus ingenieros, la empresa ha logrado superar obstáculos y avanzar con responsabilidad, siempre pensando en el beneficio colectivo.
Con la entrada en operación de las primeras unidades de generación, se ha evitado un apagón que habría afectado gravemente al país. Tuve el privilegio de gerenciar la sociedad Hidroituango, una experiencia que valoro profundamente, porque entendí en carne propia la magnitud de este proyecto, su importancia estratégica y la urgencia que tiene Colombia por contar con su capacidad completa al servicio de todos.
Hoy me llena de orgullo ser su Gerente General, porque volví al que siempre consideré mi hogar, donde estoy rodeado de personas a quienes llamo amigos. De gran parte de ellos conozco y admiro sus capacidades para planear y tomar decisiones; por las nuevas generaciones que hoy llegan a la empresa siento un gran aprecio porque sus ideas novedosas vienen a complementar nuestra experiencia y la suma de todo ello es lo que surge en una reunión de trabajo y se vuelve realidad en cada barrio o vereda donde EPM está presente.
Me conmueve profundamente que la vida me haya permitido asumir este cargo justo cuando EPM celebra sus 70 años de historia. Siento que la empresa y yo hemos recorrido juntos un mismo camino, con un propósito compartido: servir. A lo largo de estas décadas, EPM no solo ha prestado servicios públicos con excelencia, ha entregado desarrollo, dignidad y oportunidades a millones de personas.
Ninguna otra entidad ha contribuido tanto al progreso de Medellín, de Antioquia y de Colombia como lo ha hecho EPM. Ese legado es el que debemos preservar y proyectar hacia el futuro: una empresa al servicio de la gente, construida con trabajo, conocimiento y un profundo compromiso con lo público. Ese es el camino que debe seguir recorriendo durante muchos años más.
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